Der Autor und sein Leser: zwei Seiten einer Medaille

A quien Leyere

Si las paginas de este libro consisten algún verso feliz, perdónenme el lector la descortesia de haberlo usurpado yo previamente. Nuestres nadas poco defieren; es trivial y fortunita la circumstancia de que seas tù el lector de estos ejercicios, y yo su redactor.

J.L. Borges, Obras completas, Buenos Aires 1974, Madrid 1977

An den Leser

Wenn den Seiten dieses Buches irgendein glücklicher Vers gelingt, möge mir der Leser die Unhöflichkeit verzeihen, daß ich diesen zuerst usurpiert habe. Unsere Spielereien unterscheiden sich wenig; trivial und zufällig ist der Umstand, daß du der Leser dieser Übungen bist, und ich ihr Verfasser.

Jorge Luis Borges, als Vorwort in: Zyklische Nacht, Ausgewählte Gedichte, Spanisch/Deutsch, Serie Piper, München, 1990

Auch an anderer Stelle kommt er auf die Verbindung zu seinem Leser zu sprechen:
Tú, que me lees, ¿éstas seguro de entender mi lenguaje?
Du, der du mich liest, bist du sicher meine Sprache zu verstehen?

Borges, La biblioteca de Babel, Cuentos selectos y un poema, Reclam, Stuttgart 2010.

Son los ríos

Somos el tiempo. Somos la famosa

parábola de Heráclito el Oscuro.

Somos el agua, no el diamante duro,

la que se pierde, no la que reposa.

Somos el rio y somos aquel griego

que se mira en el rio. Su reflejo

cambia en el agua del cambiante espejo,

en el cristal que cambia como el fuego.

Somos el vano rio prefijado,

Rumbo a su mar. La sombra lo ha cercado

Todo nos dijo adiós, todo se aleja.

La memoria no acuna su moneda.

Y sin embargo hay algo que se queda

Y sin embargo hay algo que se queja.

Jorge Louis Borgés